Ayer estuve en la Feria del Libro de Palma. Me salté las clases de CAP, aparqué los apuntes de Teoría de la Literatura y me presté a un intenso estado hedonista rodeada de libros: ¡ilusa de mí!.
Comencé por A:
- Hola, ¿tenéis poesía?
- No, en la tienda sí, pero aquí no porque la poesía no se vende. Tenemos a Benedetti.
- Vale, gracias (Benedetti plus cedé).
Y por motivos personales compré dos libros: un ensayo de L. María Panero, titulado El Lugar del Hijo y El Otoño en Pekín de Boris Vian.
Seguí por B:
- Hola, ¿tenéis poesía?
- No, bueno sí, a Benedetti.
- Ok. Hasta luego.
Continué por C:
- ¿Tenéis algo de poesía? (con tedio)
- Sí, tenemos a Bened..
- Ya, vale, gracias.
Llegué al D y pregunté a un tío que colocaba libros:
- ¿Tenéis poesía? (ya no con tedio, sino con cabreo)
- Claro...
- (Será jodío, claro dice). Pues que sepas que sois los únicos.
- Yo soy poeta. Éste es mi libro, por si lo quieres ojear...En este estante tenemos la poesía.
- Vale, gracias (lo ojeo y me mira con disimulo)
Estando en mi labor ojeadora llega otro cliente:
- Perdona, ¿tenéis algo de Paulo Coelho?
- No.
- Vale, gracias.
Ahora os toca joderos a vosotr@s, pienso con una sonrisa de oreja a oreja.
Tengo en mis manos un libro de Pedro Andreu y decido llevarme también el del poeta desconocido, ambos mallorquines. Se lo hago saber y me responde que está encantado, que la poesía no le sirve sino para merendar y que la gente como yo da sentido a su trabajo. Gracias, Antonio Rigo. Y encima me llevo "Poemas del Bosque y la Lluvia" dedicado y con autógrafo.
Os dejo con un poema de Antonio Rigo, de su libro Poemas del Bosque y de la Lluvia, porque a Pedro Andreu quiero dedicarle otra entrada. Con Anatomía de un Ángel Hembra me he quedado impresionada y unas pocas líneas se quedarían cortas.
Hasta otra!
Comencé por A:
- Hola, ¿tenéis poesía?
- No, en la tienda sí, pero aquí no porque la poesía no se vende. Tenemos a Benedetti.
- Vale, gracias (Benedetti plus cedé).
Y por motivos personales compré dos libros: un ensayo de L. María Panero, titulado El Lugar del Hijo y El Otoño en Pekín de Boris Vian.
Seguí por B:
- Hola, ¿tenéis poesía?
- No, bueno sí, a Benedetti.
- Ok. Hasta luego.
Continué por C:
- ¿Tenéis algo de poesía? (con tedio)
- Sí, tenemos a Bened..
- Ya, vale, gracias.
Llegué al D y pregunté a un tío que colocaba libros:
- ¿Tenéis poesía? (ya no con tedio, sino con cabreo)
- Claro...
- (Será jodío, claro dice). Pues que sepas que sois los únicos.
- Yo soy poeta. Éste es mi libro, por si lo quieres ojear...En este estante tenemos la poesía.
- Vale, gracias (lo ojeo y me mira con disimulo)
Estando en mi labor ojeadora llega otro cliente:
- Perdona, ¿tenéis algo de Paulo Coelho?
- No.
- Vale, gracias.
Ahora os toca joderos a vosotr@s, pienso con una sonrisa de oreja a oreja.
Tengo en mis manos un libro de Pedro Andreu y decido llevarme también el del poeta desconocido, ambos mallorquines. Se lo hago saber y me responde que está encantado, que la poesía no le sirve sino para merendar y que la gente como yo da sentido a su trabajo. Gracias, Antonio Rigo. Y encima me llevo "Poemas del Bosque y la Lluvia" dedicado y con autógrafo.
Os dejo con un poema de Antonio Rigo, de su libro Poemas del Bosque y de la Lluvia, porque a Pedro Andreu quiero dedicarle otra entrada. Con Anatomía de un Ángel Hembra me he quedado impresionada y unas pocas líneas se quedarían cortas.
Hasta otra!
"Nunca teníamos frío
¿recuerdas?
te arropaba diciendo
ámame dos veces,
una para el hoy
y otra
para cuando se acabe el amor.
Toda mi juventud permanece en tu ombligo".
Antonio Rigo, Poemas del Bosque y de la Lluvia.
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