viernes, 4 de diciembre de 2009

Confesiones de una alumna aplicada III

Siguiendo con la anterior disertación, voy a ceder las siguientes líneas a quienes mejor pueden hablar sobre ello, l@s propi@s autore/as. Veamos si sacamos algo en claro, pues ya lo dijo Octavio Paz en su momento: los poetas no tienen biografía; su obra es una biografía. Por mi parte, dejo aquí el tema, pues podríamos alargarlo hasta límites insospechados y aún quedan muchos asuntos sobre los que tratar. Tened por supuesto que cualquier aportación será de sobra bienvenida.

Comencemos con uno de mis autores favoritos, Juan Ramón Jiménez:

Intelijencia, dame
el nombre esacto de las cosas!
Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas...
¡Intelijencia, dame
el nombre esacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!


Juan Ramón Jiménez, Eternidades, 1.918, en Antología Poética, Madrid, Cátedra, 2008.






Trasladémonos hasta Norteamérica y escuchemos a Charles Bukowski:




AMOR, FAMA Y MUERTE

se sienta afuera de mi ventana
como una vieja que va al mercado;
se sienta y me observa,
suda nerviosamente
por entre alambre y niebla y ladrido-perro
hasta cuando inesperadamente
golpeo la pantalla con un periódico
como manoteando una mosca
y usted pudiera escuchar el grito
en esta ordinaria ciudad,
y entonces salió.

la manera de terminar un poema
como este
es quedarse de pronto
callado.

Versión de Rafael Díaz Borbón
Charles Bukowski, extraído de http://amediavoz.com/bukowski.htm






Repasemos los de sobra conocido versos de Fernando Pessoa:



AUTOPSICOGRAFÍA

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.

Y quienes leen lo que escribe,
Sienten, en el dolor leído,
No los dos que el poeta vive
Sino aquél que no han tenido.

Y así va por su camino,
Distrayendo a la razón,
Ese tren sin real destino
Que se llama corazón.

Fernando Pessoa, en 42 Poemas, Madrid, Mondadori, 1998







Regresemos a continente americano, ahora a Sudamérica, y leamos a Jorge Luis Borges:




ARTE POÉTICA

Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.

Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche , que se llama sueño.

Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor, y un símbolo,

ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.

A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.

También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.

Jorge Luis Borges, El Hacedor, 1960








De nuevo en España, continuemos con Federico García Lorca:



SOBRE UN LIBRO DE VERSOS Dejaría en este libro
toda mi alma.

Este libro que ha visto
conmigo los paisajes y vivido horas santas.
¡Qué pena de los libros
que nos llenan las manos de rosas y de estrellas y lentamente pasan! ¡Qué tristeza tan honda
es mirar los retablos

de dolores y penas
que un corazón levanta! Ver pasar los espectros de vidas que se borran, ver al hombre desnudo
en Pegaso sin alas,

ver la vida y la muerte,
la síntesis del mundo,
que en espacios profundos
se miran y se abrazan.

Federico García Lorca, Poemas Inéditos de Juventud, 1918







Visitemos a mi querido Ángel González:

A VECES
Escribir un poema se parece a un orgasmo:

mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones. Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras, muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos, las miro desde abajo,
les hago lo de siempre

y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada! Lo expresaba muy bien César Vallejo:
"Lo digo y no me corro". Pero él disimulaba.
Ángel González, Grado Elemental, 1962








Y, por mi parte, terminamos con Alejandra Pizarnik:





COLD IN HAND BLUE
y qué es lo que vas a decir
voy a decir solamente algo
y qué es lo que vas a hacer
voy a ocultarme en el lenguaje
y por qué

tengo miedo.

Alejandra Pizarnik, El Infierno Musical, 1977.



2 comentarios:

O. dijo...

Todavía quedan viejos nazis entre nosotros. ¿Quieres conocer a uno?

http://opalazon.blogspot.com

Inoa Ferrer Reynés dijo...

Hola O. Por un momento pensé que al hablar de nazis te referías a ti mismo. En ese caso, ningún interés en conocerte, pues el nulo interés es generalizado a la hora de conocer nazis.¿No se los había cargado ya Tarantinno en su última película? De no ser así, que mis palabras sirvan a modo de bala y atraviesen sus vacías y podridas cabecitas.
Por lo demás, un placer conocerte. A ti y tu obra si de destripar nazis se trata.
Un saludo